viernes, 3 de septiembre de 2010

viernes, 21 de mayo de 2010

Conversaciones telefónicas


Arrancarme la piel a tiras después de.
Perderme en mi placer a través.
Hablarte con voz cálida para.

Dejarme decir todo lo que imagino sin.
Pensar que ya no quieres saber nada sobre.
Discutir sin razones con.

Calmarte después de un mal día tras.
Saludarnos sutilmente por.
Marcar tu teléfono y escuchar desde.

haberme ido al infinito en tus caricias.
de tu voz terriblemente sexy.
conducirte al abismo dulce de la petit mort.

interrumpir con tu desacuerdo.
mí, que ya no me necesitas.
una mujer cargada de razones.

cargarte al mundo entero.
un frío auricular que no besa.
mi habitación que los tonos me dicen que no estás.

"El móvil al que llamas está apagado o fuera de cobertura"...

sábado, 1 de mayo de 2010

Mentiras


¿Y si no? ¿y si no es verdad que te quiera tanto como digo, tanto como siento? ¿y si no es cierto que te eche de menos tanto como creo, tanto como lloro? ¿y si no es real lo que te escribo? ¿y si es sólo una imagen, una puta imagen la que venero? ¿y si nuestra historia sólo pasa en mi mente quedando inmune mi corazón a tus bestialidades? ¿y si nadie me conoce allá donde vives y yo también soy una falsa imagen en tu vida? ¿y si no quedamos grabados en la historia de los eternos amantes? ¿y si nuestros cuerpos sólo quedan marcados por nuestros mismos cuerpos que acabarán desvanecidos en la tierra, en la nada? ¿y si tú mismo no eres vida, no eres mi vida?
¿y si no...?
Si no te quiero, si no te echo de menos, si no eres real ni yo tampoco y nuestra historia es un espejismo; viviré por siempre en tu imagen anclada en una parte de la irrealidad que sólo está en mi mente.
¿pero cómo no va a ser real lo que late en mi pecho?
¿qué clase de mentira es ésta en la que vivimos?

miércoles, 17 de marzo de 2010

Artistas....

Sentados alrededor de unas mesas de terraza en el mes de marzo, hablábamos de cambiar el mundo con nuestras reflexiones de falsos intelectuales. Hacíamos que apuntábamos cosas en nuestras respectivas libretas para después pensarlas en casa y parir nuevas chorradas con las que seguir dando vida a una supuesta creación artística. O eso nos creíamos. Así pedimos las bebidas que sólo toman las personas que piensan tanto y son tan originales como nostros, estúpidos. Cerveza y leche era la combinación perfecta para continuar en nuesta genuína idiotez, idiotez sí pero ante todo genuínos como LOS GRANDES. El camarero nos las trajo desde el bar hasta el centro de la plaza, allí, que se nos viera bien lo fantásticos que éramos, que somos. Las dejó en la mesa sin preocuparse de qué era para quién. Las dejó amontonadas y cada uno iba cogiendo lo suyo. Sin orden, sin turnos, en un magnífico caos que apoya el desastre del artista. Tú tomaste la botella del refesco de cola, éramos los únicos que no bebimos alcohol esa noche, e inmediatamente empezaste a quitarle la etiqueta que tan bien pegada suele venir. Mientras lo hacías me preguntaste: "¿sabes qué significa quitar el papel a la Coca-Cola?". A mí me hizo mucha gracia porque yo lo hacía tantas veces. Y me picó la curiosodad de saber qué desorden de la personalidad se escondía tras una acción tan neurótica y rutinaria. Te contesté con el ansia de un niño que espera la solución a la adivinanza que esta vez no ha conseguido hallar: "¿qué?, yo lo hago siempre". No pudiste esconder esa sonrisa pícara que hacía tan poquito acababa de descubrir y que tanto me gustaba. Me gustaba porque rompía los esquemas de tu imagen de niño, bueno y aplicado, muy lejos de conocer los placeres frívolos y maravillosos de la vida. Mirándome de reojo y sin perder la sonrisa fuiste muy claro: "falta de sexo". Sé que dijistes algo más pero yo ya no te escuchaba, sólo pensaba si había sido un intento de ocurrencia graciosa o una propuesta real. Me reí a carcajadas para tapar lo terriblemente cachonda que me habías puesto. No sé exactamente qué fue lo que me atraía de ti. Quizás que eras más joven que yo y habías conseguido excitarme. Yo no podía atender a las conversaciones que una tras otra iban superponiéndose. No me interesaba nada de lo que allí se pudiera contar. No quería saber nada del mundo. Yo sólo quería que me follaras.

martes, 16 de febrero de 2010

Te quiero

Te quiero.

Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano impetuoso;

Te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;

Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;

Te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino;

Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.

Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.


Luis Cernuda,
transgrediendo.

viernes, 5 de febrero de 2010

¿Te cuento lo que me inspiras?


Te llamé por teléfono, pero no estabas y tu contestador habló por ti. Entonces yo no pude callarme y le conté esas cosas...que suceden cuando estoy sola y tú estás lejos: "Cuando el deseo se esconde y te llama desde esquinas que huelen a amores ya usados por otros. Su hedor te cautiva a pesar de que impregna el aire hasta hacerlo casi irrespirable. Sucumbiendo a sus encantos cierro las piernas falsamente, sólo quiero prolongar su respiración agitada en mi vientre, más abajo. No, espera, o sí. Si da igual, si por dentro ya resbalo entre mis dedos. Más adentro. Y más fuerte están las puertas del placer. De un placer que se dobla ante mi cuello cada vez más tenso. Mi mentón, ah, cada vez más alto. Mis caderas se agitan en ese suelo sucio que me llama a chuparlo como si de los labios más apetecibles se tratase. Mi cuerpo coordinado al compás se retuerce. Mis pupilas se dilatan. Un último espasmo que me llena de un esperma imaginario. La nada más absoluta me envuelve durante un instante: no hay respiración, no hay latido, no hay pensamiento. Espero tranquila hasta que mis muslos se calman, como tu tempestad."

Bienvenidos a lo que espero sea un delicioso viaje a lomos del animal salvaje e indomable, que todos llevamos dentro pero que sólo unos pocos dejan salir.