viernes, 5 de febrero de 2010

¿Te cuento lo que me inspiras?


Te llamé por teléfono, pero no estabas y tu contestador habló por ti. Entonces yo no pude callarme y le conté esas cosas...que suceden cuando estoy sola y tú estás lejos: "Cuando el deseo se esconde y te llama desde esquinas que huelen a amores ya usados por otros. Su hedor te cautiva a pesar de que impregna el aire hasta hacerlo casi irrespirable. Sucumbiendo a sus encantos cierro las piernas falsamente, sólo quiero prolongar su respiración agitada en mi vientre, más abajo. No, espera, o sí. Si da igual, si por dentro ya resbalo entre mis dedos. Más adentro. Y más fuerte están las puertas del placer. De un placer que se dobla ante mi cuello cada vez más tenso. Mi mentón, ah, cada vez más alto. Mis caderas se agitan en ese suelo sucio que me llama a chuparlo como si de los labios más apetecibles se tratase. Mi cuerpo coordinado al compás se retuerce. Mis pupilas se dilatan. Un último espasmo que me llena de un esperma imaginario. La nada más absoluta me envuelve durante un instante: no hay respiración, no hay latido, no hay pensamiento. Espero tranquila hasta que mis muslos se calman, como tu tempestad."

Bienvenidos a lo que espero sea un delicioso viaje a lomos del animal salvaje e indomable, que todos llevamos dentro pero que sólo unos pocos dejan salir.

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